HAY DE AQUELLOS QUE NO GUARDAN APRECIO A SUS
MESTROS/AS .
Hoy día 12 de
marzo, ha venido el maestro jubilado Pedro Ramón y nos ha
explicado: su vida profesional y como era la escuela en sus años de alumno. Los
cambios de la enseñanza a lo largo de su vida como alumno y como maestro. También nos habló sobre
la barriada del Santo, de sus habitantes y de la ermita de San Sebastián.
La entradilla del
inicio es una frase que nos dijo y nos gusto mucho.
Estudiante: Empezó a estudiar en las escuela de San Gaspar , escuelas del
Pozo Viejo y en cada aula había 40-50 alumnos
aproximadamente.
Para hacer tu propia carrera tenias que
ir a Ciudad Real y solo había magisterio, el se
examino por libre, estaba en La Solana estudiando en una academia para prepararse
los exámenes, en un día te examinabas de todo los libros que habías dado durante
todo el año.
Tuvo un maestro que le enseño trucos para memorizar los
contenidos, nos enseño como memorizaba los verbos, tiempo, modo…
Con 20 años empezó a
ejercer de maestro de escuela: Empezó un año en el Santo, un año entre
Membrilla y San Carlos del Valle, un año
en el Romero Peña, tres años en el
Sagrado Corazón, Cinco años en Alcubillas, tres años en el Sagrado Corazón
y los últimos 24 años en el Santo. En este colegio se
jubiló a los sesenta años después de cuarenta años de servicio en la educación,
muchos de esos años como secretario y director del colegio El Santo.
Nos contó varias anécdotas de su vida una de ellas que no le gustaba
el francés y hacía novillos, su padre se enteró y para controlar su asistencia
a clase tenía que llevar una agenda y el maestro todos los días le firmaba si
iba a la escuela o no.
Otra de las anécdotas es que cuando era maestro del Sagrado
Corazón, estaban construyendo unas aulas del colegio El Humilladero, fueron a
visitar las obras y se enteraron que en las excavaciones habían encontrado dos
esqueletos.
También nos informó que el colegio de San Luis Gonzaga estaba
situado donde se encuentra ahora la Tintorería La Mancha.
Sigue con otra información de las fuentes públicas que había en La
Solana, que costaban unos chavitos (moneda de chapa de antes) y las mujeres
iban con los cantaros a por agua .
Ermita de San Sebastián: Es la más antigua del casco urbano de
La Solana. Se cree que es del siglo XIV ó XV.
En la época de la
Peste Negra, los habitantes de la zona pensaban que la enfermedad se extendía por los frescos que
había en la ermita, por lo que dieron cal a las paredes y la picaron.
En el año 1982 se
rehabilitó la ermita y se descubrieron los frescos y al tirar
una tapia de la sacristía descubrieron un artesanado Mudéjar con adornos de marfil,
una verdadera obra de arte.
El barrio del Santo
se dedicaba a trabajar el esparto.
Las mujeres
realizaban las cordetas con la pleita y después los hombres con sus agujas cosían las
cordetas y construían capachos, espuertas, valeos….
Nos contó como afilaban las
agujas los hombres en las piedras de la fachada de la ermita.
Nos contó que todos
los años venía el obispo al pueblo a confirmar a los niños del barrio, los santeños querían
recibirlo con un arco
realizado con capachos y una vez construido se derrumbó antes de venir el
obispo.
En la ermita se
encontraban los restos de la familia que era Encomendador de la Orden de Santiago de La
Solana.
Autora: Sandra Ocaña Romero
de Ávila, 5º curso.